miércoles, 17 de diciembre de 2014

Formación artística propia

Este trabajo es de cuando iba a primero de la ESO, la profesora nos pidió un dibujo donde hubieran tangencias, polígonos, circunferencias y color, además, el conjunto tenía que ser simétrico. En mi caso, lo hice simétrico respecto al eje vertical y horizontal, excepto en el tema de los colores. Esto es lo que salió:


sábado, 13 de diciembre de 2014

El Krausismo en España. Principios teóricos y seguidores


Una nueva doctrina surge en Alemania de la mano del alemán Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832), por el que se le denominó Krausismo. Consiste en una corriente filosófica, que defendía la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente al dogmatismo, llegó a España a través de Julián Sanz del Río, sobre 1843. Para poder comprender este movimiento, y la repercusión que tuvo en España, es importante conocer sus bases, así como la situación en la que se encontraba el país. Hay que tener en cuenta que se trataba  de un movimiento intelectual, religioso y político, que tuvo un importante impacto en la sociedad.
Su esencia se basa en la armonía perfecta. Esta armonía estaba presente en todas sus creencias, quería racionalizar las instituciones humanas, donde no se inmiscuyera el Estado, solamente lo haría para evitar que estas se interfirieran entre sí y obstaculizasen su correcto desarrollo. Como escribió Canalejas (1862), se debe buscar el progreso con el principio de la tolerancia; bajo el principio de la libertad del pensamiento, de la prensa, de la enseñanza, de asociación, de comercio, de industria, etc.; rechazando así que el Estado se inmiscuya la competencia e intervención toda la actividad social, puesto que la centralización como sistema de gobierno daña a la educación libre. Proponía el conocimiento de un yo finito, en el que confluyen Naturaleza y Espíritu que postulan una esencia infinita y fundamental, el Ser Absoluto.
Krause rechaza el agnosticismo metafísico kantiano y las filosofías del sentimiento. La reflexión sobre Dios nos proporciona por vía sintética una ciencia fundamental sobre la que se apoyan la ciencia de la Razón, de la Naturaleza, del Espíritu y de la Síntesis humana”. (RSO de Urbina, 1966).
Para el krausismo, una correcta realización de la persona implica cultivar todos los aspectos, el cuerpo y el espíritu de forma paralela, en vez de situar al cuerpo en el último lugar como lo posicionaba el catolicismo del momento. Lo más importante y destacado es el enfoque de la educación. El medio del progreso es la educación. Es por ello que el krausismo influyó notablemente en los medios universitarios.
En sus inicios, España estaba atravesando una de las crisis más agudas de su historia, Isabel II tras la muerte de Fernando VII no podía solucionar los conflictos. El Krausismo pretendía una renovación de toda la cultura y la vida nacional, unir al país, así como acabar con las injusticias. Y todo esto con su base: la armonía. Desde el principio este tuvo una fuerte oposición por la sociedad política y religiosa, que atacaron a los krausistas fuertemente con persecuciones, cárcel, expulsiones de la Universidad y condenación eclesiástica de sus libros. Ante esto, el movimiento permaneció en un principio unido.
“Me ha ocurrido también, como a usted, que pueda abrigarse la intención de deshacerse indirectamente de alguno de nosotros; pero esto, por mi parte al menos, no lo consiguen. Por lo que se desprende de las Circulares de Instrucción Pública, lo desean; mas tales indirectas deben tenerse por no dichas. El silencio por nuestra parte es más poderoso; tanto más siendo pasajeras y en la esencia débiles estas citaciones. Si el caso llega, yo seguiré enteramente la resolución de usted como la más prudente y digna. Mientras tanto, yo me creeré en mi puesto tan libre como si estas pequeñas -y aunque fueran grandes- tiranías no existieran. Lo grave y difícil para quien como yo comienza a orientarse en la ciencia, y no camina aún con pie seguro en la educación racional, es llegar a ser verdaderamente libre en su pensamiento; pero conservar el grado de libertad que haya adquirido en la vida de relación, aunque la opresión y la violencia nos cerquen de todos lados, esto no lo creo difícil. ¿No es la libertad tan esencial e íntima al espíritu que puede conservarla en medio de la esclavitud?” (Salmerón, 1969).

Los niveles de ignorancia eran elevados en su origen, esto se muestra en la siguiente cita:
“En España se estudia poquísimo y se sabe menos de lo que se estudia, porque se estudia mal; a fuerza de ingenio, algunos han logrado hacerse perdonar su ignorancia: no sé si yo tendré bastante para que me perdonen la mía, aunque siempre debo contar, como cuentan todos, con la del público, que es grandísima, colosal. Pero ¡cuán triste recurso para buscarse la vida es el de escribir tonterías confiado en la necedad y poca doctrina de los lectores!... Y, sin embargo, ¡cuántos escriben así!” (Valera, 1958, Correspondencia. Obras Completas, 36).

Tras esta etapa, llegó la época dorada del movimiento con la Revolución de Septiembre donde se expulsó a Isabel II y se mantuvo hasta la caída de la primera República. En estos años tuvo un gran poder político y social, cosa que aprovecharon para influir notablemente en la enseñanza. Fernando de Castro emprendió junto con Manuel Ruiz Zorrilla (ministro de Fomento), Sanz del Río, Salmerón y Manuel Ruiz de Quevedo entre otros, un programa desde el rectorado de una Universidad en 1868. Este programa incluía la independencia de la institución sin que se entrometiera el estado y libertad de cátedra. Libertad que también habría en la Ciencia. Ambas irían separándose de la Iglesia, y se dominarían por la ética y el derecho. Además, se promovería la educación para que llegara a todas partes y a todos, es decir, lucharon por una educación popular y femenina.
“Y tal vez sea éste —el lado pedagógico— el único aspecto del krausismo ante el cual, sin titubeos y sin ningún género de escrúpulos, tengamos todos que inclinar con respeto la cabeza; y confesar ingenuamente si no se deberá a este movimiento magnífico la mayor parte del prestigio que alcanzaron nuestras letras y nuestra ciencia a caballo de los siglos XIX y XX, o, lo que es de mayor trascendencia, el renacido deseo que vive la España contemporánea de construir dentro de sus fronteras “ese delicado mundo de la razón y de la libertad”, (Heredia Soriano, A.,1975).

Tras la caída de la República, este movimiento fue objeto de críticas y de resentimientos. Se alejó de la Universidad, y perdió su consolidación y fuerza.  En 1881, el Krausismo vuelve a la Universidad, cambiando el nombre por el de “institucionista”, por la nueva imagen pública implantada por Giner con su obra pedagógica. Además, fundó la Institución Libre de Enseñanza, proyecto pedagógico, en 1876. Puesto que procuró con gran perseverancia y cuidado lo único que realmente necesitaba para sobrevivir: un tiempo y un espacio para educar. La generación del 27 es una emanación de esta institución, que tuvo como objetivo alcanzar la sintonía cultural y científica con Europa, objetivo que se truncó por la Guerra Civil Española.
Realmente es fascinante cómo de intenso tenían estos ideales, cómo de fieles eran a ellos y de cómo no se dejaron llevar ante las adversidades ni cedieron. Tras la época dorada y el desastre político, mantuvieron su honradez y no se identificaron con “opinión del país” ni como dictadura para conservar el poder. Decidieron hacer honor a sus ideales y siguieron con la política activa sin modificar su doctrina. Gracias a esto, como marca Heredia-Soriano (1975):
“..y lo que es aún más importante, sus esfuerzos no se contarían en la actualidad entre los que han posibilitado y están posibilitando en España el planteamiento de una convivencia justa en su base social y pluralista en su base política. Por eso, con todas las limitaciones y reparos que se quiera, el krausismo debe ser tenido como uno de los más claros antecedentes de la moderna democracia española.”

Sus seguidores se mantuvieron activos. Giner de los Ríos inspiró las reformas de la enseñanza de la primera república. En 1869 se creó la Asociación para la enseñanza popular y las conferencias para la educación de la mujer. Mientras Nicolás Salmerón, publicó en 1870 su Concepto de la Metafísica, y poco después los Principios analíticos de la idea del tiempo,  Giner de los Ríos, quien. En 1871 se formó la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, presidida por Fernando de Castro.
Quizás un error sea que no se procuró de todos los aspectos necesarios, y dejó de lado las estructuras socio-económicas que no renovó. "Enriquecimos la cabeza de la nación y nos olvidamos de su estómago." (L. Araquistain, 1960).
R.Altamira (1902) marcaba que: “La enseñanza de aquel maestro ejerció considerable influencia en las generaciones de la segunda mitad del siglo XIX, y sin ella no se pueden explicar muchos de los fenómenos de la historia científica española de ese tiempo.” Y como bien añade Mateo León (1985): “Realidad que no siempre ha sido tenida en cuenta”.

Referencias bibliográficas:
Araquistain, L. (1960). El krausismo en España. En Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, 44, 3-12.
Altamira, R. (1902). Psicología del pueblo español. Editorial Minerva, sa.
Heredia Soriano, A. (1975). El krausismo español. Cuadernos Salmantinos de Filosofía, 2(1), 377-409.
Mateo, L. E. (2010). El krausismo en España: Teoría y circunstancia (I).Historia de la Educación, 4.
Salmerón, F. (1957). El krausismo español.
Sánchez Ortiz de Urbina, R. (1966). Krausismo. Enciclopedia de la Cultura Española.
Valera, Juan. Correspondencia. Obras completas. Tomo III. Madrid: Aguilar, 1958.

Bibliografía:
Jakovleva, L. E. (1996). José Luis Abellán y la «especificidad» de la Filosofía Española (Traducción de Elena Pliousnina). In Anales del Seminario de Historia de la Filosofía (No. 13, pp. 305-318). Servicio de Publicaciones.

Krause, K. C. F., & del Río, J. S. (1871). Ideal de la humanidad para la vida. Imp. de F. Martínez García.

jueves, 4 de diciembre de 2014